Yunquera se prepara para un acontecimiento único y profundamente emotivo el próximo sábado, 3 de mayo de 2025. La Virgen Chiquita, advocación de la Virgen del Carmen y símbolo de devoción para los yunqueranos desde el siglo XVI, procesionará por las calles del municipio en un cortejo extraordinario, en honor a su título de Alcaldesa y Protectora Perpetua de la villa, concedido oficialmente el 28 de marzo de 2022.
Organizados por la Asociación de Nuestra Señora del Carmen y Ánimas, el grupo joven “Juventud del Carmen” y el Ayuntamiento de Yunquera, los actos religiosos y culturales reflejan la enorme fe y cariño que los vecinos profesan a su patrona. Las calles del municipio, acogerán el recorrido procesional que rememorará el tradicional itinerario del Corpus Christi, en un ambiente cargado de fervor y tradición.
El programa de cultos y eventos comenzó el pasado 28 de abril, con el rezo del Santo Rosario por las calles del pueblo. Ayer, tuvo lugar el traslado de la imagen desde la Ermita de Porticate, recorriendo el tradicional camino de «la Caja», y esta tarde se celebrará una solemne veneración y Eucaristía a las 20:00.
El sábado 3 de mayo, día grande de Yunquera, arrancará con el repique general de campanas a las 12:00 horas para anunciar la jornada histórica. A las 17:00 se celebrará la solemne Eucaristía y el acto oficial de proclamación de la Virgen Chiquita como Alcaldesa y Protectora Perpetua. Tras la misa, dará comienzo la esperada procesión por las principales calles del municipio, donde la imagen será acompañada por autoridades, hermandades, vecinos y visitantes, en un cortejo que promete ser tan emotivo como multitudinario.
Los actos culminarán el domingo 4 de mayo, con una Eucaristía de Acción de Gracias a las 10:00 horas y el posterior traslado solemne de regreso a la Ermita de Porticate.
Este evento no solo celebra la devoción mariana, sino que refuerza la identidad cultural de Yunquera, dejando una huella imborrable en las generaciones futuras. Tradición, fe y cultura se entrelazarán en torno a la Virgen Chiquita, cuyo legado se consolida como el alma viva de la villa.
